lunes, 18 de mayo de 2015

Trabajo arqueológico en la expedición en Inti Machay 2014


Memorias realizadas por la arqueóloga Melisa Galvan, miembro de la expedición de 2014 a Inti Machay.


La expedición Inti Machay 2014 logró realizar el registro de dos entierros en contextos distintos. Uno de ellos al pie de las pinturas sobre una pared de roca (registradas durante la exploración del 2013) y uno mas dentro de la cueva del cual no se tenia reporte previo (Figura 1).

Figura 1. Mapa de la cueva Inti Machay. Marcado en rojo la zona donde se registró el
entierro durante la expedición del 2014.

Pinturas
Durante una expedición dirigida por el grupo Espeleokandil el año 2013 se registraron pinturas sobre una pared de roca aproximadamente a 30 metros de la superficie natural (figuras 1 y 2). Durante la expedición Inti Machay en el año 2014, se realizó un registro preliminar de un entierro asociado con dichas pinturas. Previamente se había reportado el saqueo del área el cual se pudo identificar por una escalera de madera colocada para acceder a dichas pinturas (figuras 2 y 3).
Las pinturas son representaciones con formas circulares simples en pintura de color rojo; se trata de siete círculos aparentemente alineados en dos niveles (Figura 3).
Es probable que estas representaciones tengan una carga simbólica fuerte asociada con la cosmovisión Chachapoya. El hecho de que estas pinturas a su vez estén alineadas con una de las entradas de la cueva apoya este argumento; en el interior de la cueva se han registrado numerosos entierros, en su mayoría infantes (Informe Inti Machay 2013).
Las representaciones de círculos asociados con áreas funerarias son recurrentes en la zona Chachapoya. En los conocidos mausoleos de Revash se registraron representaciones de formas circulares en pintura roja (Figura 4), así también aparecen el la laguna de Los Cóndores. Estas pinturas se realizaron con pigmentos a base de cinabrio o hematita y se ha argumentado que se realizaron en diferentes momentos de uso del lugar. Las pinturas en general son imágenes de figuras geométricas, antropomorfas y zoomorfas. La opinión generalizada en cuanto al significado de estas imágenes es que no es posible definirlas, pero se ha propuesto que se trata de imágenes llevadas a cabo en las ceremonias de entierro, presididas por chamanes o especialistas en rituales (Guillén 2002:
359). Otra propuesta es que se trata de la representación del sol y la luna (Church 1997: 221). Recientemente se han reportado un conjunto de pinturas en el camino que se dirige a la catarata de Gocta; figuras antropomorfas y geométricas, todas de color rojo (Ruiz 2010).

Figura 2. Detalle del acceso hacia
las pinturas y la plataforma.
Figura 3. Detalle de las pinturas y
la ubicación del entierro múltiple.

Figura 4. Detalle de representaciones 
circulares en pintura 
roja de los mausoleos de
Revash.


Entierro asociado a las pinturas
El entierro registrado al pie de las pinturas circulares, fue un entierro múltiple; al menos tres individuos fueron depositados en una cista (basado en el conteo preliminar de fémures). La cista se pudo identificar por una serie de piedras alineadas que delimitaron el área de deposición de los cuerpos (figuras 5 y 6).
El estilo del entierro corresponde a la tradición funeraria Chachapoya, el cual conlleva, entre otras características, deposiciones de bultos mortuorios, en muchas ocasiones dentro de sarcófagos antropomorfos colocados en zonas altas en acantilados o barrancos (Brachetti-Tschohl 2013). En este caso, no se identificaron restos de textiles o fibras que sugieran que los cuerpos estuvieron envueltos, pero se debe tomar en cuenta que el sitio fue saqueado. La ausencia de cráneos (por lo menos completos) sugiere que fueron removidos durante el saqueo. Un fragmento de maxilar y de huesos faciales apoya la idea de que los cráneos estuvieron presentes, es difícil distinguir (hasta ahora) la causa de muerte (Figura 7). No es posible definir en este momento si se trata de un entierro primario ya que por falta de tiempo y las condiciones del lugar no se realizó el análisis in situ necesario. Es posible que se trate de un entierro secundario, ya que como se mencionó anteriormente los espacios funerarios eran utilizados en diferentes momentos.

Figura 5. Detalle de la ubicación
del entierro (vista noroeste).
Figura 6. Planta con detalle del
 entierro removido y el colapso.






Figura 7. Fragmento de huesos faciales y maxilar. Fragmentos de fémur.

Entierro al interior de la cueva (IM 130013) (ver figura 1)
Se registró el entierro primario de un infante el cual se encontró asociado a una ofrenda y una fogata. El cuerpo fue depositado en una pequeña plataforma natural la cual esta conectada con una sala donde se localizaba dicha ofrenda.

Entierro
El entierro es de un individuo de corta edad (no mas de 5 años) (figuras 8 y 9). Se trata de un entierro primario y no sugiere que haya sido depositado como bulto mortuorio. No se tiene evidencia de restos de fibras y la posición original es, hasta ahora, imposible de definir; los restos óseos han sido removidos por la actividad natural de la cueva (flujo de agua, elevación del nivel hidrológico, colapsos etc.). La posición donde se encontraron los restos óseos sugiere que el individuo fue colocado en una pequeña plataforma natural (Figura 8) la cual conecta con la sala donde se ubica la ofrenda. Así mismo parece indicar que los restos sufrieron una deposición secundaria por cuestiones de su entorno natural; fragmentos del cráneo y otras piezas óseas colapsaron cuesta abajo.

Ofrenda
Consistió de una vasija de cuello y bordes evertidos la cual se encontró completa y en un buen estado de conservación (Figura 9), así también estuvieron presentes numerosos restos de camélidos y otros mamíferos (no han sido identificados). Se encontraron también restos de material carbonizado en toda la sala. De la misma manera, en el año 2013 se registró la presencia de huellas de pies humanos descalzos en asociación con la ofrenda (Informe Inti Machay 2013).
Figura 8. Detalle del cráneo colapsado y desarticulado.

Figura 9. Restos óseos del infante
sobre la plataforma natural.


Figura 10. Detalle de la ubicación 
original del entierro (marcada con flechas) y 
de la ubicación donde se encontraron las
 piezas del cráneo (marcado con un círculo).

Figura 11. Detalle de la vasija registrada en la sala asociada al entierro del infante.


Bibliografía.
EspeleoKandil y Centro Mallqui
2013 Informe de la expedición presentado al ministro de cultura de Perú.
Brachetti-Tschohl Ángela
2013 Los sarcófagos y los mausoleos pre-Incas en Chachapoyas. Anales del Museo de
América 21: 42-66
Church, Warren
1997 Más allá del Gran Pajatén: conservando el paisaje prehispánico, Pataz-Abiseo.
Revista del Museo de Arqueología Antropología e Historia 7: 205-248.
Guillén, Sonia
2002 Las momias de la Laguna de los Cóndores. En Chachapoyas. El reino perdido.
Editado por Elena Gonzales y Rafo León, pp. 345-387. Integra AFP. Lima, Perú.
Ruiz E. Arturo
2010 Huaytapallana, arte rupestre de Chachapoyas. Investigaciones Sociales 24 (14):
53-65.
Otras fuentes consultadas
Kauffmann Doig, F. y Giancarlo Ligabue.
2003 Los Chachapoyas. Moradores Ancestrales de los Andes Amazónicos Peruanos.
Universidad Alas Peruanas. Lima, Perú.
Lerche, Peter
1995 Los Chachapoya y los símbolos de su historia. Ediciones y servicios gráficos
Cesar Gaynoso, Lima, Perú.
Ruiz, Arturo
2008 Las cavernas y el poblamiento prehispánico de la provincia de Chachapoyas.
Investigaciones sociales 20 (12): 35-6.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Así fue la expedición del 2014

Durante la expedición del 2013 se volvió al lugar tranquilo para continuar con las exploraciones de la sima de la tranquilidad. En ese año nuestro compañero local Javier Farje descubrió una cavidad muy interesante en este mismo lugar y en la cual hicimos una primera exploración en esta expedición.
Durante esta expedición nos dimos cuenta del alto potencial que poseía esta cueva y me quedé encargado de montar una expedición exclusivamente para terminar de explorar estas 2 cavidades, la sima de la tranquilidad y la cueva de Intimachay.

Un equipo internacional compuesto por 5 mexicanos,1 francesa, 1 italiana y 2 españoles estuvimos durante 3 semanas en el lugar tranquilo trabajando en estas 2 cuevas. 



La sima de la tranquilidad fue la primera en explorarse. A los 2 días comprobamos con desilusión que nuestras esperanzas de continuación terminaban en un paso muy estrecho e impenetrable sin medios de desobstrucción.
Nuestras ilusiones estaban centradas ahora en Intimachay y no nos defraudó. Durante la expedición de 2013 topografiamos unos 100 mts de recorrido horizontal pero debido a algunos errores en la topografía decidimos empezar de 0. Los trabajos fueron realizados en grupos de 3 y la topografía avanzaba casi a la par que la exploración.

Poco a poco íbamos avanzando en el conocimiento de la cueva adentrándonos cada vez más en esta gran cavidad. Al igual que el año pasado el descubrimiento de restos arqueológicos era continuo y lo más sorprendente fue encontrar huellas de pies descalzos a más de 100 metros de profundidad. Todos estos hallazgos arqueológicos fueron registrados y fotografiados bajo la supervisión de la arqueóloga mexicana integrante del equipo.

La meteorología no nos acompañó y la mayoría de los días la lluvia fue continua, por suerte el caudal de la cueva no aumento significativamente durante la exploración.
Por desgracia al final de la expedición un accidente en la parte más profunda de la cueva hizo que se tuvieran que desplazar casi 60 socorristas desde España para rescatarme.




Al final conseguimos explorar una de las cuevas más profundas de Perú con -320 mts de profundidad y más de 1 km de desarrollo horizontal. También se registraron importantes restos arqueológicos y por desgracia las muestras de fauna cavernícola que fueron recolectadas se perdieron por el caos del rescate.

Escrito por Cecilio Lopez Tercero